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martes, 7 de junio de 2011

Alejandro “Mono” González: El precursor del graffiti en Chile


El fundador más reconocido de las Brigadas Ramona Parra, que acaba de recibir un Altazor, habla de cómo se siente al ser catalogado como precursor del graffiti en nuestro país y del actual momento del Muralismo. Tampoco dejó pasar la oportunidad para referirse al proyecto de ley que prohibiría la venta de spray a menores de edad: “Es una represión y una censura”, dice.

Por Paolo Villagrán Lara

Alejandro “Mono” González es como esos viejos cracks que nunca dejan de meter goles. Comenzó pintando muros alrededor de los 15 años y no ha parado hasta el día de hoy; por allá por 1964 su nombre ya estaba en los periódicos comunistas de la época que apoyaban las candidaturas de Salvador Allende. En ese entonces, González era sólo un niño que lo pasaba bien pintando. De a poco iba tomando las ideas políticas del mundo que lo rodeaba.

Años más tarde, fue clave en la creación de las Brigadas Ramona Parra, y llevó adelante el desarrollo del Muralismo en nuestro país. La mano empuñada, la paloma, la estrella, los rostros humanos y los vivos colores se hicieron sentir con fuerza en las calles del Chile de la Unidad Popular; incluso llegaron a pintar un mural con Roberto Matta en La Granja.

Mural de la Brigada Ramona Parra en la Usach (foto: colectivobrp.cl)
El tiempo se encargó de hacer el resto. Con el golpe de estado muchos de los murales fueron destruidos; sin embargo, el estilo del muralismo chileno se quedó para siempre en la memoria colectiva como señal iconográfica de la revolución allendista. Y más allá de eso, como una nueva forma de manifestarse dentro de la sociedad: A través de los muros. 
                                                                                                                                 
Teniendo en cuenta el contexto y las necesidades, ¿El Muralismo chileno se desarrolló a la rápida?
 
-          En lo absoluto. El muralismo en Chile fue un proceso muy largo que se desarrolló desde las primeras candidaturas de Allende hasta que logró la presidencia en el 70. En los primeros años se articuló el movimiento con nexos con el muralismo mexicano y con las vallas cubanas de la revolución. Además que todos veníamos haciendo cosas; yo era trazador de letras y estudiaba arte, así como muchos otros compañeros que ya hacían cosas.

           ¿Logró madurar el muralismo?

-          Iba en maduración, pero se cortó abruptamente con el golpe de estado. Al igual que el gobierno popular y el movimiento artístico de la nueva canción chilena. Imagínate dónde hubiéramos llegado si no nos hubieran detenido…

Allende y el Gobierno Popular ya no existen, ¿Qué mantiene vivo hoy al muralismo chileno?

-          A mí lo que me lleva adelante es pensar si mi hijo o mis nietos tendrán agua en un par de años más… son los anhelos y las opiniones, sobre lo que pasa hoy, lo que mantienen al muralismo. Nosotros, en estos nuevos tiempos, tenemos que tener en la calle una unidad de trabajo y ahí permitir que todas las opiniones anti sistémicas se expresen y se desarrollen libremente.

"Mono" González pintando los techos de las casas en la población obrera La Unión, del Cerro Cordillera, en Valparaíso. (foto: huelladigital.cl)


Recibiendo el Altazor por su libro "27-feb"  (foto: premioaltazor.cl)
Hoy, el encargado artistico de la UP se acaba de ganar el premio Altazor, hace clases en la Universidad Arcis, periódicamente está pintando en colegios, escuelas y muros de Chile, tiene agendados varios proyectos y en un tiempo más parte a pintar un mural a Bélgica. Un ritmo de vida acelerado que lo tiene viviendo en su taller, en medio de bocetos de diseños y planchas de impresión; además de un equipo de estudiantes de cine que lo graban casi todos los días para un documental.

Por lo demás, “Mono” González es considerado por la mayoría de los artistas graffiteros nacionales como el gran precursor de la disciplina en Chile.

             A su juicio, ¿Cuáles son los puntos en común entre el muralismo y el graffiti?

-        Primero creo que el riesgo, la adrenalina y la necesidad de jóvenes de expresarse sin permiso en las calles y segundo, el hecho de que ambos son expresiones anti sistémicas.

           ¿Y las diferencias?

-     Nosotros éramos militantes o partidarios con ideas y convicciones de gobierno y de sociedad. En cambio los muchachos de hoy se apegan a algo más personalista. A sus estilos, a sus tribus o a sus grupos. Lo nuestro era más vertical y lo de ellos es más transversal; creo eso se debe mucho a las realidades sociales en las que surgieron ambos grupos.

           ¿En un momento la relación no fue buena?

-         En un tiempo no era ni de amor ni de odio, pero sí de una marcada diferencia. Hubo un tiempo en el cual nosotros, y en eso me hago una fuerte autocrítica, mirábamos a los graffiteros como sujetos a los que no les importaba lo que pasaba en la sociedad.

              ¿Y sigue manteniendo ese pensamiento?

-     De alguna manera sí, porque siento que falta ese compromiso de preocupación por el resto, pero también entiendo que son experiencias distintas. Todo lo que ocurre con los jóvenes de hoy es producto del vacío cultural que dejó la dictadura… destruyeron los muros, quemaron los libros, censuraron muchas cosas. Además hay que sumarle el hecho de que los jóvenes de hoy viven en una democracia a medias, llena de amarres como herencia de la dictadura.

"Vida y Trabajo", el mural que da vida a la estación Parque Bustamante, de la línea 5 del metro.

          ¿Qué le parece el nivel del graffiti en Chile?

-     Muy bueno. Chile, junto a Brasil, lleva la delantera en materia de intervenciones urbanas y eso es sabido en todas partes. Y no sólo la llevan en cantidad, sino que en calidad y en identidad. Tú puedes reconocer a grupos, o a graffiteros, sólo por el estilo de sus trabajos; eso te habla de que han logrado generar una identidad.

           Si tuviera que nombrar a algunos…

-      Hay montones, pero para darte algunos nombres a mí me gusta mucho lo que hacen los Negotropicos, los Ogotocs y los Aislap porque hacen cosas grandes, de calidad y se auto gestionan. Además que todos lo hacen con vocación, pasión y con una razón de vivir.


-       Es una forma de represión y de censura hacia la cultura popular del graffiti y del arte callejero. Ellos no censuran ni la publicidad comercial ni nada de eso porque es parte del sistema, pero quieren reprimir lo que quieren decir los jóvenes. Además es irrisorio porque si tú estás estudiando una carrera relacionada con el arte, antes de los 18 años ya estás trabajando con spray.

3 comentarios:

También: muy bien. Puro periodismo.
Ojo con las etiquetas y el largo de la bajada.

hola soy de españa y me a gustado mucho aqui te dejo mi blog par que lo visites http://dambcn.blogspot.com

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